miércoles, 2 de febrero de 2011


Ricard Cabedo y López Ebri se vieron con los tres agentes de la Brigada de Blanqueo que declararon en el TSJ por la causa del informe de Gürtel

El portavoz socialista en Les Corts, Ángel Luna, reveló ayer uno de los secretos mejor guardados. ¿Por qué coincidieron los fiscales Ricard Cabedo y Gonzalo López Ebri con los tres policías que hicieron el informe sobre Gürtel en un restaurante valenciano horas después de que los agentes declararan en el TSJ? Tanto misterio para una solución tan sencilla: lo hablaron en la Sala después de testificar. Al menos, esa es la versión de Luna.
El socialista lo desveló sin que nadie le preguntara. El diputado señaló que ha remitido unas alegaciones (lo hizo ayer por la mañana) al juez Montero en las que explica que los miembros de la Brigada de Blanqueo de Capitales que declararon como testigos fueron a comer a un determinado restaurante «por una conversación que se produjo en la Sala». En esa reunión, según Luna, participaron el propio instructor, los abogados del PP y del propio portavoz socialista, el fiscal y los tres agentes de la policía: «El juez sabe lo que ocurrió en la Sala y valorará lo osado del escrito del PP», que pedía que se retirara de la causa a Cabedo y López Ebri. Luna se preguntó cómo valorará el magistrado que se haya podido fotografiar a agentes de la Brigada de Blanqueo de Capitales.
Fuentes cercanas al caso consultadas por este periódico matizaron ayer la versión de Luna. Aseguraron que el instructor «no fue partícipe de esa conversación y fue el propio López Ebri el que sugirió a los policías la posibilidad de comer en ese restaurante porque estaba todo muy bueno. Lo repitió en varias ocasiones. Un agente policial fue el que tomó nota del nombre y de la dirección del establecimiento». Al parecer, el local está cerca del domicilio del teniente fiscal. LAS PROVINCIAS intentó ponerse en contacto con López Ebri sin éxito.
El caso es que, poco tiempo después de prestar declaración, los tres agentes de la policía y el teniente fiscal, Gonzalo López Ebri, y el fiscal jefe, Ricard Cabedo, coincidieron en la entrada del restaurante. Cabedo, que no participó en la reunión previa, señaló en todo momento que el encuentro con los miembros de la Brigada de Blanqueo de Capitales fue casual. Luna calificó ayer de «osado» el hecho de que el PP pidiera al fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, que retirara a los fiscales de la causa al tiempo que consideró como «muy razonable» que no se haya atendido la solicitud. El portavoz socialista lamentó que «se haya querido hacer creer que se ha pretendido confabular una declaración». El portavoz socialista calificó el asunto de «esperpéntico».
Nuevas diligencias
El PP ha pedido al juez que practique nuevas diligencias. Entre ellas, que declare el responsable del área de informática de la Comisaría General de la Policía para que explique cuántas personas tenían acceso a través de sus ordenadores al informa policial y que declaren también los escoltas de Luna, que se interesaron por el protocolo de seguridad de Les Corts horas antes de que el portavoz socialista declarara ante el juez Montero.
En la petición de nuevas diligencia se solicita también que la Fiscalía Anticorrupción y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid señalen si han realizado alguna investigación para ver si desde estos organismo se pudo filtrar el informe secreto sobre Gürtel que acabó en manos de Luna. También se pide que se verifique si los documentos que mostró Luna son de Justicia.

Los policías del «caso Luna» acudieron al restaurante por sugerencia del fiscal

El pasado 20 de enero tres policías de la Brigada de Blanqueo de Capitales declararon ante el juez Juan Montero en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) en relación a la causa que instruye contra el portavoz socialista en las Cortes, Ángel Luna, por haber difundido este un informe bajo secreto sumarial del «caso Gürtel».

Al término de la declaración los policías, así como varios fiscales —entre los que se encontraban el fiscal superior del TSJCV, Ricard Cabedo, y el teniente fiscal, Gonzalo López Ebri— coincidieron en el mismo restaurante, tal y como desveló ABC. Eso originó la solicitud del PP de abstención para ambos fiscales en la causa, que el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, desestimó.

Lo apuntaron en la libreta

Pero el encuentro «casual» al que siempre han aludido los fiscales no parece ser tal. De hecho, fue el teniente fiscal, Gonzalo López Ebri, quien sugirió a los policías al término de la declaración —en presencia del abogado del PP, Jorge Carbó— que podían ir a comer al restaurante Mercatbar.

Los policías tomaron nota en una libreta de la dirección y el nombre y seguidamente se encaminaron hacia el local a su salida del TSJCV. López Ebri también llevó a los fiscales (entre ellos a Cabedo) a comer al mismo restaurante, aún a sabiendas de que allí podía coincidir con los policías.

Al respecto, el portavoz socialista en las Cortes, Ángel Luna, adelantó ayer que han remitido unas alegaciones al magistrado Juan Montero porque el encuentro «casual» en el restaurante «partió de una conversación que se celebró en Sala en la que estaban delante el instructor, el fiscal, el abogado del PP, mi defensa y los policías».

Luna, quien no quiso señalar a la persona que sugirió el restaurante, tampoco detalló que el juez instructor, Juan Montero, estaba delante cuando comenzó la conversación informal al término de la testifical de los policías pero la abandonó antes de que se hablara del restaurante que regenta Quique Dacosta en el barrio del Eixample de Valencia.

Lo cierto es que López Ebri ya conocía el restaurante y tenía muy buen concepto del mismo, por lo que intentó celebrar una comida con algunos fiscales el 18 de enero, que luego fue pospuesta al día 20.
Es posible que el fiscal superior de la Comunidad, Ricard Cabedo, no estuviera al tanto de que los policías fueran a acudir al citado restaurante, ya que no estuvo presente en la conversación con López Ebri, y de ahí que éste se los presentará a la puerta del local de restauración.

El caso del teniente fiscal, por contra, es distinto, porque acababa de hablar minutos antes con los integrantes de la Brigada de Blanqueo de Capitales. Pese a esta situación, Ángel Luna insistió ayer que le parece «esperpéntico» que haya quien pretenda que se explique «una casualidad que lleva a saludarse en la puerta del restaurante a fiscales y a policías que, por Ley, por Constitución y por el Estatuto Fiscal, tienen la obligación de colaborar».

Cadena de custodia

El relato de los hechos indica, en contra de lo que sostiene Luna, que el encuentro no fue «casual» y que al menos López Ebri sabía que podía coincidir con los policías. En este caso, además, tampoco se aplica el deber de colaboración entre el Ministerio Fiscal y la Policía, ya que los integrantes de la Brigada de Blanqueo de Capitales testificaron a petición del instructor como parte de la cadena de custodia del documento que fue delictivamente filtrado a Ángel Luna.

Este extremo sí fue reconocido por el portavoz socialista, quien indicó que es «evidente» que en este caso «no hay una colaboración entre el Ministerio Fiscal y la Policía» y que el deber de colaboración es «genérico en la persecución de los delitos». Es decir, que no es de aplicación en este caso pese a ser esgrimido como uno de los argumentos en descargo de los fiscales aludidos.

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